El proceso psicoterapéutico está orientado a permitir la visibilidad tanto de las heridas del desarrollo y/o los traumas, como de las fortalezas, recursos, habilidades y empoderamiento personal.
Desde que nacemos (e inclusive, antes) hemos experimentados, en diferente grado, vivencias tanto buenas como malas. Estas experiencias han dejados huellas, determinando la percepción e interpretación del propio Yo en el mundo hasta hoy en día.
Es cuando se presenta el malestar que, sin darnos cuenta, se manifiesta el poder de esto contenido mental y como éste conforma los pensamientos y, en consecuencia, nuestras acciones. Pero, aunque nuestra mente inconsciente prevé nuestro futuro en base a estas experiencias del pasado, también tenemos la capacidad de transformación, la capacidad de cambiar nuestro destino.
Mediante el abordaje tanto del EMDR® como de la Psicoterapia Sensoriomotriz®, sobre todo en un estado de Conciencia Plena (Mindfulness), se resuelven las fijaciones emocionales que dejan al individuo atado a un pasado perjudicial, permitiendo una actualización cognitiva, emocional y somática del propio Yo.
Dentro de esta perspectiva, se atiende a las necesidades de cada persona, respetando la integridad ética y moral, con una aceptación holística, no violenta y unitaria de la propia individualidad.
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