Desde la Psicología Dinámica y Humanista se considera de absoluta necesidad, para una psicoterapia centrada en la persona, aplicar los principios éticos de aceptación incondicional, empatía y autenticidad del terapeuta.
Asumidos estos principios básicos, generalmente, suelo estructurar el trabajo de esta forma:
- Establecer una relación segura. Aunque sea la etapa inicial de recogida de datos y dirigida a organizar una estrategia de intervención, tiene que nacer, sobre todo, un ambiente de confianza e intimidad para que la persona se sienta segura y comprendida.
- Recursos y herramientas. Antes de emprender el proceso psicoterapéutico propiamente dicho, en esta fase se considera necesario empoderar al paciente con recursos y herramientas con el fin de gestionar y enfrentarse con más seguridad a su problema. Todos tenemos el potencial de poder cambiar y la capacidad para conseguirlo.
- Procesamiento y resolución. Son momentos de emoción y sensibilidad, pero, en especial, suponen una auténtica transformación hacia una vida con sentido. Con respeto y pericia, entramos en el foco de las cuestiones que afligen a la persona a través de unas prácticas avaladas científicamente y que suponen los marcos terapéuticos que normalmente uso.
Si quieres saber más sobre los marcos terapéuticos que suelo utilizar, puedes dirigirte al menú desplegable o a estos mismos enlaces: